La realidad virtual se va haciendo cada vez más accesible. Cada vez más personas buscan contenidos inmersivos de calidad para disfrutar de la nueva tecnología. Y el mundo de la publicidad avanza poco a poco para entrar en estos contenidos. Si el entorno óptimo para que un anuncio haga su trabajo es uno en el que el espectador esté concentrado y sin otros estímulos que el anuncio, está claro que transportar al espectador al entorno que queramos es una opción ideal. Y esto es lo que permite la publicidad VR. ¿Qué tal ver un vibrante vídeo inmersivo sobre unas zapatillas deportivas que te permita entrar en una tienda en realidad virtual donde verlas, probártelas y comprarlas? Las posibilidades son prácticamente ilimitadas.
Actualmente, la mayoría de piezas publicitarias en realidad virtual funcionan en stands en los que se ofrecen unas gafas VR al público y se le invita a disfrutar la experiencia. Pero en un futuro muy, muy cercano en el que el público cuente con las gafas VR en casa, la calidad y el atractivo de estas experiencias inmersivas publicitarias marcará el éxito o el fracaso de una campaña.
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